Fuente: Extranoticias / Noufa
Extrañas luces aparecieron en el cielo antes, durante y después del terremoto en Perú, dijeron personas que pudieron ver y grabar en video unos objetos de forma irregular que giraban en la oscuridad tras el black out del sistema eléctrico.
Vecinos de los distritos de Miraflores, La Molina y el Cercado de Lima aseguraron también haber visto el cielo iluminarse debido al destello de un inesperado relámpago en medio de la noche limeña.
En uno de los registros audiovisuales subidos por un peruano al portal de Youtube aparece claramente una suerte de relámpago que ilumina una buena porción del lugar durante el fuerte temblor. Esta situación fue reportada por decenas de personas en distintos poblados afectados por el sismo.
Estas luces extrañas suelen producirse en episodios telúricos, según especialistas y sismólogos. Se le denomina triboluminiscencia.
El fenómeno sólo fue reconocido por la comunidad sismológica cuando fue capturado en fotografías tomadas durante la secuencia de sismos ocurridos en Matsushiro (Japón) entre 1965 y 1967.
No existe una teoría satisfactoría que explique las luces sísmicas, sin embargo, ha sido dificil y no se ha llegado a un consenso. Algunos de los mecanismos propuestos incluyen piezoelectricidad, calor friccional, emisiones de exolectrones, sonoluminiscencia, emisiones de gas fosfino, e inyecciones de fluidos (electrokinética), pero la más reciente teoría sugiere que las luces sísmicas son causadas por separación de portadoras de cargas positivas que convierten la roca momentáneamente en un semiconductor tipo P.
El estudio más extenso y moderno sobre las observaciones de luces sísmicas procede que Saguenay, Quebec, de los sismos entre 1988-1989, donde 46 reportes bien documentados fueron recopilados tres semanas antes del sismo principal y hasta dos meses después.
Las categorías generales incluyen: (1) rayos sísmicos (2) bandas atmosféricas luminosas (3) masas incandecentes globulares (4) lenguas de fuego (5) llamas sísmicas, y (6) una categoría reconocida recientemente, coronas o puntos de descargas.
Durante el sismo de Kobe de Magnitud 6.9 en Japón fueron documentados reportes de luces sísmicas. Hubo 23 avistamientos dentro de un radio de 50 km del epicentro de luces blancas, azules, naranjas, hasta una altura de 200 metros y en sentido lineal entre 1 y 8 km.
Los tipos de fenómenos fosforecentes fueron clasificados como: rayos alineados en zig-zag, fuentes en forma de ventilador que se extendían hacia arriba, formas de escudos y cinturones luminosos (incluyendo formas de arcos).
Mientras que las luces sísmicas han recibido a menudo nombre exóticos, ellas son reconocidas como fenómenos geofísicos que un día podrían contribuir a la posibilidad de predecir terremotos en las pocas localidades donde ocurren.
A comienzos de los años sesenta Michael Persinger declaró en diferentes medios informativos y cátedras universitarias que en áreas con fallas geológicas y actividad sísmica notable se producían con mayor frecuencia observaciones de Ovnis.
La teoría denominada “Tectonic Strain Theory of Ufos” explicaba cómo las tensiones producidas por rocas subterráneas durante los movimientos sísmicos provocan una descarga de energía luminosa de composición piezoeléctrica que se manifestaría en formas de esferas de color, columnas luminosas, luces a ras de suelo y alteraciones electromagnéticas, las cuales actuarían sobre objetos y también personas.
Pueden el rozamiento de las placas tectónicas o la actividad volcánica originar la liberación de bolsas de energías de diversos tamaños y formas? Al parecer sí y sería la explicación para algunos fenómenos donde se mezclan ruidos subterráneos, luces y fenómenos Ovnis. Un ejemplo sería el cerro Uritorco, en la Provincia de Córdoba (Argentina), donde la peregrinación de curiosos ha transformado el fenómeno casi en un mito religioso.
LA INTERACCION ENTRE LUCES Y TERREMOTOS NO ES ALGO NUEVO
Complementando las investigaciones al respecto de este tema, nos encontramos que las hemerotecas nos dan también ciertos antecedentes a tener en cuenta y recogemos más de una vez descripciones sorprendentes.
La escritora María Graham público en Chile en los años 1902 y 1909 un libro denominado “Diario de mi residencia en Chile en 1822” En esta obra nos dejo una descripción de primera mano del ambiente dantesco del terremoto ocurrido el 19 de Noviembre de 1822 con epicentro en Valparaíso, grado 8,5 en la escala de Ritchter.
Omitiendo las supersticiones de la población de aquellos años, nos da la escritora María Graham, la descripción de una luz a gran distancia del mar, que, observada por los pescadores, podría haber sido la consecuencia de lo que ocurría en los volcanes inmersos en el mar o del rozamiento que se estaba produciendo entre las placas.
Estos hechos se transformaron en el fenómeno llamado Tsumani, que es el desplazamiento del mar hacia la costa, junto a sus terribles consecuencias.
Otros testimonios parecidos recogidos en hemerotecas y luego confirmados por familiares de las víctimas, nos hablan que con fecha 24 de Enero de 1939 en otro gran terromoto que asolo fuertemente a Chillán (Chile) con grado 8,3, el día anterior numerosas personas habían visto en el cielo luces extrañas que se desplazaban hacia la Cordillera de Los Andes.
Estos datos quedaron en la memoria de la señora Elisa Domínguez Berzano, que en aquellos años era una adolescente de dieciséis años y este acontecimiento marco su vida futura.
En el año 1994 entre los meses de Junio y Octubre se produjeron incontables movimientos sísmicos en la zona central de Chile. En lugares como Valparaíso, San Antonio, Los Vilos, Rancagua fueron castigados por una ola “anormal” de temblores, sobre todo en Septiembre.
Las Rocas de Santo Domingo fue uno de los lugares donde se localizaron muchos testimonios de personas que vieron luces extrañas en los cielos, muchas de ellas provenientes del mar.
La teoría de Michael Persinger, “Tectonic Strain Theory of Ufos”, también se puede aplicar a otros lugares del mundo, como es el caso del Valle de Hessdalen en Noruega, lugar ubicado a ocho kilómetros al sur del círculo polar ártico, donde se ven todo tipo de luces con formas diversas, y donde, incluso J. Allen Hynek colaboró en un proyecto privado para su investigación y que aún continua.
El estudioso canadiense también postuló a este frío lugar como digno de estudio, e incluso añadió Yakima y Piedmont, situados en plena línea de fallas y con suelos ricos en comprimido, lugares donde se podría producir la energía suficiente como para emitir luces que muchas personas confundirían con Ovnis.
Ante el pánico y el entorno desolador que se crea cuando una de estas desgracias asola la población, al parecer sólo nos queda confiar en los animales, que por lo visto poseen una percepción extrasensorial muy aguda para detectar este tipo de movimientos de tierras, cualidad lógica, ya que pueden escuchar o percibir ruidos que el oído humano no capta.
El desplazamiento de estas placas tectónicas de alguna manera debe causar alguna emisión de ondas de sonidos audibles para los animales, que reaccionan ante lo desconocido, pero esto sigue siendo una hipótesis al igual que los postulados de Michael Persinger.
Podríamos seguir publicando hechos similares que han ocurrido a lo largo de la historia en diferentes eventos naturales que afectaron ciudades en todos los continentes.