Antiguos restos humanos encontrados en Israel
De confirmarse, el hallazgo podría cambiar la actual teoría evolutiva y situar la cuna del homo sapiens en Israel
Día 28/12/2010 - 16.43h
Un grupo de arqueólogos ha descubierto en el yacimiento de la cueva de Qesem, cerca de Rosh Ha'ayin, a las afueras de Tel Aviv (Israel) una pequeña pieza dental que puede cambiar lo que hasta ahora sabíamos de la evolución humana. Los restos, entre los que se encuentra este diente molar, tienen 400.000 años y podrían pertenecer al primer homo sapiens, el primer hombre moderno del que se tiene conocimiento, ya que los restos humanos más antiguos encontrados hasta la fecha suman apenas la mitad de años. De confirmarse, el hallazgo alteraría por completo las teorías tradicionales sobre el origen de los seres humanos, que sitúan nuestra cuna común en África. Ahora, los científicos tienen un largo trabajo por delante para demostrar la importancia del descubimiento.
«Es muy emocionante llegar a esta conclusión», reconoce el arqueólogo Avi Gopher, cuyo equipo examinó los dientes encontrados en la cueva de Qesem con rayos X y tomografías computerizadas. El científico ha hecho hincapié en la necesidad de seguir investigando para consolidar su teoría. Si lo consigue, «esto cambia todo el panorama de la evolución», subraya.
Originarios de Asia
La teoría científica aceptada hasta la fecha es que el Homo Sapiens es originario de África, de donde emigró. Sin embargo, si los restos ahora encontrados en Israel se vinculan definitivamente al hombre moderno,podría significar que la tierra original del ser humano actual se encuentra en Asia.
Para Paul Mellars, experto en prehistoria de la Universidad de Cambridge, el estudio es de confianza y el hallazgo, «importante», ya que los restos de ese período de tiempo son escasos, pero aún es prematuro decir que los restos pertenecen a un humano, a una persona igual que nosotros. «Es una posibilidad muy tenue y , francamente, más bien remota», apunta. A su juicio, los restos pueden estarrelacionados con otros parientes del hombre moderno, como los neandertales. Los dientes son a menudo indicadores poco fiables de origen, así que el hallazgo de restos de algún cráneo facilitaría la identificación de la especie. Los arqueólogos israelíes esperan dar con ellos a medida que continúen las excavaciones.
La investigación aparece publicada en la revista American Journal of Physical Anthropology.